Caso Mariela: Todos los indicios señalan que son sus restos óseos

Levantamiento. Los expertos de Antropología Forense rescataron el cadáver en la “tapera” ubicada en un bosquecito de Puente La Maroma. (La Voz)


LaVozDelInterior: Tras completar el levantamiento del cuerpo, hay sobrados signos de que pertenece a ella. Había desaparecido en enero de 2014. El jornalero que reveló la ubicación del cadáver, tiene antecedentes de abuso sexual.

Luego de casi tres años de su desa­parición, hoy puede afirmarse que hay sobradas certezas de que Mariela Bortot fue asesinada y que su cuerpo fue enterrado en el paraje Puente de la Maroma, cerca de su pueblo, Inriville. Al completarse ayer el levantamiento de los restos óseos descubiertos el viernes pasado, se hallaron ropas, joyas y rastros de una cirugía que indican que el cuerpo pertenece a la mujer de 40 años buscada desde el 24 de enero de 2014.

Hasta allí los expertos forenses llegaron por indicación del presidiario Juan Ramón Rodríguez (38) quien el viernes señaló sin la menor duda el lugar donde debían cavar.

Si bien la certeza indubitable será aportada por los análisis genéticos de los restos, se está en presencia de un esqueleto femenino con la marca de una cirugía que todos sabían que la víctima se había realizado, más sus ropas, una pulsera y un collar.

Además, fuentes cercanas al expediente que se tramita en la Fiscalía de Corral de Bustos expresaron anoche que están seguros de que los restos son de Mariela.

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Con esto, la causa ha dado un inesperado vuelco. De años de imputación en contra del policía retirado Jorge Orellano -allegado al intendente Marcos Rodrigué- se ha pasado a decir que el “testigo” pasa a ser un firme sospechoso.

En Inriville y localidades cercanas dan por sentado que el presidiario Rodríguez fue quien mató a Mariela. Mucho ayuda en esta presunción el hecho de que esté detenido por haber abusado de una menor de edad. Además se lo vincula a un hecho similar en Corral de Bustos.

Más profundo en esta hipótesis fue ayer uno de los abogados de Orellano, Diego Barovero, quien adjudicó a Rodríguez la autoría de la desaparición de la mujer y, además, dio por hecho que los móviles del crimen tienen que ver con una violación.

“Es infantil la declaración de Rodríguez de tratar de involucrar a Orellano”, dijo su defensor. “Sabía exactamente donde estaban los restos de Mariela Bortot”, lo que indica “con una claridad meridiana que es el autor”, completó.

En declaraciones a Radio Fiel de Inriville, el letrado criticó el “mamarracho del Poder Judicial” que durante años involucró a su cliente. Sin embargo, fuentes de la investigación insistieron en la prudencia y en mantener las hipótesis que aún involucran a Orellano, como así también ahora a Rodríguez.

Inriville es una localidad con sus particulares respecto del delito, al punto que aún se está buscando otro desaparecido, Andrés Baliani, de quien no se sabe nada desde fines de agosto.

Lo que resta

Con esto, está establecido que los restos óseos pertenecen a Mariela Bortot y que fue asesinada.

Ahora, es evidente que Rodríguez tiene que ver con su muerte, como autor o con algún grado de participación.

Restan numerosas cuestiones por dilucidar como la forma en que fue ultimada y, particularmente, si el crimen se inscribe como el desenlace de una violación.

Habrá que ver si Orellano aún tiene relación con la causa, teniendo en cuenta que estuvo detenido y que se acumularon pruebas en su contra.

Después de mucho tiempo, la familia Bortot puede empezar a encontrar respuestas.Presidiario. Rodríguez pasó de testigo a sospechoso.

Aparentemente, Juan Ramón Rodríguez (38) tiene otro antecedente por otro delito de instancia privada, en Corral de Bustos.

Ante esto, se tramitó ante la fiscalía de Bell Ville que se le tome declaración a este detenido en Villa María que cuando declaró por la desaparición de Mariela dijo que la había visto caminando sola por la zona.

El jornalero que fumigaba campos cercanos a Inriville, subido a una elevada cabina de un “mosquito”, en esta segunda ocasión agregó los detalles de su militancia religiosa y su arrepentimiento por los pecados. Además, tuvo la delicadeza de decir que quería ayudar a la familia y agregó el detalle oportunista que no había siquiera mencionado en el primer testimonio: vio caminando a Mariela acompañada del imputado Jorge Orellano.

Luego, este viernes acompañó a los peritos de Antropología Forense al lugar que marcó el sitio con certeza meridiana, una “tapera” donde alguna vez hubo moradores, en medio de un tupido bosquecito. A poco de cavar, ya se vieron restos óseos, cubiertos por un nailon.




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