El siguiente proyecto tiene el objetivo de recordar, afianzar y fortalecer la integración de las personas con capacidades diferentes de nuestra sociedad. Permitiendo pensar unos pocos minutos en los demás… y en la posibilidad de que nos puede pasar…

Es necesario que niños y adultos puedan entender de manera paulatina que deben aceptar, respetar y colaborar con la diversidad que plantea hoy nuestra comunidad y localidades vecinas.

Entender que diversidad es “distinto” y que esto nos involucra a todos. Ya que todos somos seres únicos e irrepetibles. Y es allí a donde apuntamos con este pequeño proyecto y es ver con una mirada amplia al otro, permitiéndonos conocerlo antes de realizar un juicio de valor. Quedándonos sólo con la primera impresión.

Se pensó que con una simple palabra “INCLÚYEME” podemos llegar a llamar la atención de algunos miembros de la comunidad y que destinen unos pocos segundos para pensar que se pretende con la misma.

Incluir: parte de un todo, donde cada pieza debería poder encajar simplemente en su lugar… sin tener que hacerse el espacio. Hacia allá vamos persiguiendo este objetivo, en que el rompecabezas se pueda armar sin la intervención de terceros.

Se confeccionaron carteles que tienen escrita la palabra “INCLUYEME” y cuenta con una imagen de un rompecabezas que tiene una pieza suelta. Los carteles se encuentran distribuidos en diferentes Instituciones de nuestra localidad con el fin de que las personas los perciban…

… y puedan llegar a preguntarse qué quiere decir la palabra “INCLUYEME”?

Y para reflexionar un poco más acerca del tema planteado es que les pedimos que escuchen esta carta:

Ay! No te vi…

Fue lo que ella dijo cuando le pedí que me atendiera primero porque estaba parada con mi corset y mis muletas en su negocio…No me vio? Difícil de creer, el corset llama mucho la atención y todos mis amigos y parientes se dieron cuenta muy rápido de que lo tenía cuando me vinieron a visitar… Entonces, qué fue? no me quiso ver, no supo qué hacer con lo que veía? No sé, en realidad tampoco es que yo quiera buscar culpas o hacer sentir mal a quienes se han cruzado conmigo en estos días, simplemente quiero pensarlo un poco…entrar en ese mundo diferente, ese mundo invisible para la mayoría de nosotros.

Por un accidente, me veo obligada a usar un corset y muletas, en mi caso tuve la suerte de tener todas patologías que solo requieren un tiempo de cuidado y que luego pasaran. Pero ahora, que puedo moverme un poco, empecé a salir a la calle, y me encontré viviendo lo que viven las personas con alguna discapacidad…todo tipo de situaciones se generan…todo tipo de dificultades y de sentimientos encontrados.

Teníamos que ir a comprar algunas cosas, empezaron las clases, hay que hacer trámites, compras y mi hijo me dice: “…anda con la silla de ruedas”…si, claro!!! Pensé yo…alguna vez se te ocurrió caminar mirando para abajo y tratando de imaginarte cómo es moverte con una silla por las veredas de Bariloche?…que pena me da, mi Bariloche, mi país, donde maltratamos de esta manera a quienes en realidad más cariño necesitan…

Finalmente fui con la muletas y de todos modos resultó agotador, donde hay rampa está tan rota que es un peligro tan solo intentarlo. En una esquina, estaba esperando para cruzar, no todos los autos frenan inmediatamente al verte esperando, algo que nos parece obvio… casi me hacen correr…correr? Apenas puedo caminar!!! y un poco más adelante: horror!… Un charco!…, si estoy parada en la bocacalle y un auto pasa rápido ,a todos tus dolores, tus problemas y tus dificultades se suma que te bañen cuando no querés… Esta vez me salvé. Impotencia, enojo, dolor, todo junto. Y eso que es verano!…se me ocurre pensar esa situación en un día del mes de julio en que te patinas, la silla o las muletas son un riesgo y hay que esquivar charcos y gente insensible que pasa salpicando, más vale tengas alguien que te haga los trámites o las compras, porque si no volvés a tu casa con pulmonía.

Centro Administrativo, más trámites y yo seguía con mi corset y mis muletas, la pierna que se hincha, duele, ya no la aguanto más… pero hay que hacerlo igual. Llego a la puerta para entrar, que es una puerta pesada, difícil de abrir y no hay nadie que se le ocurra ayudar a sostenerla o abrirla por mí, nada, es más una señora me ve y se va a hacia la otra puerta para no tener que lidiar con esta persona lenta, cuánto tiempo puede “perder” por abrirme la puerta y esperar que yo pase?

Un policía está parado al lado de la puerta, no recuerdo bien, pero creo que hasta está fumando, lo que es seguro es que para él soy totalmente invisible…suerte que es un “servidor público”…uno se siente muy mal con esto, dan ganas de insultar…pero ya luchar con todo lo que significa caminar así, lograr avanzar es suficiente, no podría perseguir a alguien para decirle cómo me hace sentir su actitud mezquina.

Y recién había logrado entrar al edificio!.. me faltaba subir al primer piso, lidiar con un ascensor, que no se me caiga la muleta porque no puedo, ni debo, agacharme a buscarla; en un caso así sólo me tendría que quedar quieta hasta que pase alguien dispuesto a ayudarme. Debía seguir con la aventura de lograr hacer algo por mi misma en este mundo lleno de obstáculos y de gente fría que se renuevan día a día…

En definitiva, hay que ponerse en el lugar de esa persona que necesita ayuda para hacer su vida. Normalmente a todo esto se suman dificultades económicas que complican aún más la realidad que les toca. La lucha con las obras sociales, los médicos, etc…

Yo creo que en la escuela secundaria nos deberían poner una asignatura que para aprobarla solo haya que estar en una silla de ruedas un mes y vivir lo que eso significa…La comprensión que eso nos daría sería la mejor enseñanza para “ser humanos” algo que cada vez se enseña menos.

Todo lo leído en esta nota se presentó a las diferentes escuelas de la comunidad para que pueda ser trabajado en todos los niveles educativos.

Informa y agradece su atención Escuela Especial C.E.I.C.A.