Luego de un intenso rastrillaje realizado el último sábado, terminó la búsqueda de la mujer desaparecida.
El último sábado 300 personas participaron de un operativo de búsqueda por todos los alrededores de la localidad de Inrriville.
Aunque los resultados fueron negativos, los investigadores cesaron en la búsqueda siguiendo el protocolo establecido para estos casos.
Por Claudio Gleser
Un exoficial de la Policía de Córdoba es el nuevo sospechoso por la desaparición de Mariela Viviana Bortot, la mujer de 40 años que desapareció de Inriville el pasado 25 de enero. El exuniformado permanece en libertad y no fue imputado por la Justicia. Sin embargo, su vehículo particular, un Peugeot 206 gris, fue secuestrado para una serie de pericias por parte de la Policía Judicial.
La intención: verificar si se hallan restos de sangre, cabellos o alguna pista de la mujer.
El expolicía, quien llegó a colaborar con la búsqueda de Mariela, trabaja como guardia de seguridad en un campo lindero a la estancia que desemboca en el río Carcarañá, donde se encontró una ojota de Mariela.
Bortot desapareció el sábado 25 de enero, a las 18, cuando salió a caminar por las afueras del pueblo. Separada y madre de dos chicas, la mujer nunca regresó a su domicilio.
Descartada una partida voluntaria, la hipótesis se orienta a un drama. La familia y algunos investigadores creen que Mariela fue raptada. Otros pesquisas sospechan que, por donde apareció el calzado, la mujer podría haber sido atacada y arrojada al caudaloso río.
La intensa búsqueda desplegada hasta ahora no ha dado nuevos resultados.
Exuniformado
A la par de la búsqueda en el río y en campos, se analizan las comunicaciones de la mujer ?y su círculo de relaciones. En ese marco, los pesquisas analizan qué hombres habían entablado relaciones de amistad con ella.
Así fue que en las últimas horas, gracias al aporte de familiares de Bortot, los policías comenzaron a sospechar de un exuniformado de 58 años (que habría sido dado de baja años atrás), quien supuestamente estaba enamorado de Mariela y le enviaba mensajes de texto a uno de sus celulares. Al parecer, la mujer no estaba interesada en él y lo ignoraba.
Cuando los detectives comprobaron que trabaja como guardia en una estancia cercana adonde apareció la ojota, las miradas se centraron en él. Sin embargo, tras varias horas de hablar con él ayer, no se lograron elementos incriminatorios y quedó libre. Además, el hombre habría demostrado que ese día no estuvo en el pueblo.
Auto gris
Un elemento clave en esta historia es que el expolicía, cuya identidad se reserva ya que no está imputado, es dueño de un auto gris. ¿Y eso qué implica?
Ocurre que la última persona que vio viva a Mariela mientras caminaba (un peón rural) afirmó que también vio cerca de ella un automóvil gris. De allí que el Peugeot 206 fue secuestrado para diversas pericias.
Los investigadores ya han examinado otro coche gris, un Megane, de un vecino de Leones (que también era sospechoso), pero no se encontró nada.
Los pesquisas también investigan, aunque con menor peso de sospecha, a un productor rural que ha mantenido relaciones sentimentales con varias mujeres en ese pueblo.
Prenda interior negra
Trascendió que el fin de semana, en el marco de la búsqueda de Mariela, se halló una bombacha negra tirada en un campo de las afueras de Inriville. Sin embargo, esta prenda no fue reconocida por las hijas de la mujer. El misterio prosigue.