Luego de que la familia de Mariela Bortot (40), desaparecida hace casi 10 meses, reclamara que la Justicia investigue al intendente de Inriville por su supuesta vinculación con la causa, Marco Rodrigué salió ayer a decir que ni él ni su esposa tienen relación con el enigmático caso. Asimismo, se mostró indignado sobre la versión de que habrían mandado a matarla.
El jefe comunal se quejó sobre los allanamientos de los que fue blanco, reiteró que junto a su mujer e hijo estaban en Estados Unidos cuando Mariela desapareció –a principios de año–, al tiempo que reiteró que no volverá a emplear a quien fuera su jefe de seguridad, el único imputado por el caso.
“Desde la desaparición de Mariela, nos han allanado y no se encontró nada. Me indigna que se siembre sospecha sobre mi persona y mi familia, siendo que yo sólo conocía a Mariela de verla en el pueblo”, afirmó ayer Marco Rodrigué a La Voz del Interior . “Se dicen muchas barbaridades… Que mi esposa la mandó a matar, que fui yo… Decir que yo o mi mujer contratamos a un sicario es un disparate”, añadió el jefe comunal.
Por su parte, el fiscal Gustavo Zucchiatti dijo a este diario que el intendente “no está siendo investigado”. “No hay ninguna línea de pesquisa sobre él”, afirmó e insistió que la investigación no se detuvo “nunca” y que se barajan varias pistas.